El término demagogia ha tenido y tiene diversos sentidos. En
la antigua Grecia llegó a tener incluso una connotación positiva, lo que
generalmente no ocurre hoy. Así, el demagogo era aquél que tenía grandes
habilidades para tratar muchedumbres, así como presencia física y elocuencia en
la oratoria. En este sentido, frecuentemente se presenta a Pericles como el
prototipo del demagogo. También se decía de aquellos políticos que tenían como
programa básico de acción el mejoramiento del nivel de vida de las masas. Su
sinceridad no era puesta en duda necesariamente. Sin embargo, en esa misma
época apareció la connotación peyoratoria del concepto, tal como lo conocemos
ahora, de tal forma que Tucídides llamaba al régimen de Pericles "la
democracia de la laringe", y Demóstenes señalaba que "los oradores no
hacen sino hablar como el público quiere que hablen". Es bien conocido,
asimismo, el sentido que tiene para Aristóteles este término, es decir el
gobierno apoyado en las multitudes pero ejercido en favor de intereses
particulares, y Aristófanes, en su obra Los Caballeros, conceptúa a la
demagogia como el engaño al pueblo por parte de sus gobernantes.
Demagogia es una estrategia utilizada para conseguir el
poder político. Consiste en apelar a prejuicios,emociones, miedos y esperanzas
del público para ganar apoyo popular, frecuentemente mediante el uso de la
retórica y la propaganda.
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