El autismo es un espectro de trastornos caracterizados por
un grave déficit del desarrollo, permanente y profundo. Afecta la
socialización, la comunicación, la imaginación, la planificación y la
reciprocidad emocional, y evidencia conductas repetitivas o inusuales.
se denomina una discapacidad del desarrollo porque comienza
antes de los tres años de edad, durante el período de desarrollo, y causa
retrasos o problemas con muchas de las diferentes formas en que la persona se
desarrolla o crece.Actualmente se diagnostica con autismo a 1 de cada 88
individuos y a 1 de cada 54 niños varones, haciéndolo más común que los casos
de cáncer, diabetes y SIDA pediátricos combinados.
Anteriormente se creía que el retraso mental se presentaba
con frecuencia en individuos autistas. Uno de los problemas de esta
determinación es que se basa en una medición del cociente intelectual (CI), la
cual no es factible ni fiable en ciertas circunstancias. También se ha
propuesto que puede haber individuos sumamente autistas que sin embargo son muy
inteligentes y por lo tanto, capaces de eludir un diagnóstico de autismo. Esto
hace que sea imposible hacer una determinación exacta y generalizada acerca de
las características cognitivas del fenotipo autista.
Sin embargo, se sabe que los niños superdotados tienen
características que se asemejan a las del autismo, tales como la introversión y
la propensión a las alergias.
No existe por ahora
un tratamiento que cure el autismo. Se cree que un inicio temprano de la terapia y la
intensidad del mismo mejora las probabilidades de aumentar el nivel de
funcionamiento. Los niños pueden llegar, con cursos intensivos tempranos e
individualizados de este tratamiento, a hablar, leer, escribir etc.
La educación como el vehículo para el tratamiento de las
personas con autismo, es necesario crear programas educativos adaptados a las
necesidades individuales de cada persona con autismo.
Los niños con autismo
se pueden integrar a escuelas regulares, siempre y cuando cuenten con los
apoyos que requieren para aprender y desarrollarse en la escuela. Cada niño es
único con sus fortalezas, gustos y retos. Es decir que tampoco los niños con
autismo son iguales entre sí, por lo que en la escuela se debe formar un equipo
de trabajo junto con la familia y si es necesario especialistas externos. Este
equipo se encarga de definir los objetivos para el alumno, así como la forma en
que van a trabajar con él. Es muy importante tomar en cuenta las fortalezas del
niño al diseñar su programa.
Existen tres comportamientos distintivos que caracterizan al
autismo:
1.- Falta de habilidad para comunicarse,
2.- Capacidad disminuida para establecer relaciones con los
demás, y
3.- Dificultades para responder de manera apropiada al medio
ambiente.
Sí así de sencillo: problemas con la comunicación,
socialización y comportamientos e intereses limitados, inusuales o repetitivos.
Hablar de autismo es
muy complicado porque entendido lo anterior resulta que algunas personas con
autismo funcionan a un nivel elevado de rendimiento, sus relaciones sociales
son tan normales como las de cualquier otra persona, su lenguaje está intacto y
resulta que muchos de los que se piensa tienen retraso mental no es que de
verdad tengan alguna anomalía en su cerebro, sino que a causa de la poca
comunicación y socialización, dejan de obtener habilidades al ritmo que lo
hacen los demás o porque simple y sencillamente no son de su interés o porque
son cosas tan sencillas que las pueden dejar pasar.
El autismo no se cura, se comprende.
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